El sueño del viajero
El día era agotador. La tensión constante de mantener la alerta para que el amigo infiel no te limpie los bolsillos, el mirar a todas partes para que no se espape un detalle de este mundo tan distinto al nuestro, las noches en las que como furtivos sacábamos unos chupitos de ron o unas preciadas cervezas mientras comentamos las historias del día, la confortabilidad relativa de los hoteles que pisamos, y el pateo de las laberínticas calles, consumían nuestras energías inevitablemente, y muy a nuestro pesar retorcíamos nuestro cuerpo para adaptarlo al pequeño espacio disponible para nosotros, sin importarnos apoyar la cabeza en la mugrienta y fétida tela naranja que cubría los asientos para conseguir echar un mocho y estar a punto para la siguiente historia.
2 comentarios:
El tupé, impasible, sin despeinarse, oiga, obsérvese...
ESTOY RASLADANDO LOS COMENTARIOS DE LA PÁGINA ANTERIOR PQ VEO QUE EL ÍMPETO INICIAL SE ESTÁ PERDIEDNO Y QUE NO SEA POR PERDER EL HILO AHI VA!!.
BESOSS!
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Autor: Julio
¿Y lo del blanco y negro? ¿para que no se vea la sangre de los cabezazos? Jaja
Fecha: 10/04/2007 17:08.
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