miércoles, 11 de abril de 2007

De mercados

Los mercados de Marruecos o esos primos lejanos de los que podemos tener en el primer mundo. Lo único q tienen en común con los nuestros es que son lugares donde se reunen alimentos que las gentes compran para su provisión diaria. Y poco más.
En estos lugares no existen los alimentos empaquetados, ni etiquetados, ni existen ISOS o códigos de barras, ni norma alguna de higiene, ni siquiera un mínimo de estética o pulcritud para mostrar la crueldad de la estampa de un animal degollado, sanguinolento, o con los sesos fuera, que están a la venta, y que algún paisano comprará para cocinarse algún manjar.
Sorprenden los olores a muerte de la sección de carnicería, vecinos de los deliciosos de la sección de especias, tés y ambientadores naturales, como también sorprenden los ejércitos de moscas que pululan por el mercado a sus anchas, las abejas que intentan robar de los dulces lo que un tiempo atrás fue suyo, los gatos que se mueven por los pasillos recogiendo todo lo que sobra por los suelos, o esos corrales de pollos que esperan a que el verdugo les corte el pescuezo cuando el cliente les señale con el dedo.
Los mercados que conocimos son micromundos donde se puede encontrar lo mejor y lo peor, en contraste irremediable, con la seguridad de que no dejará indiferente al que acostrumbra a moverse por los del mundo "civilizado".

1 comentarios:

Blogger Esther ha dicho...

Yymy You! no olvides colgar la precionsa foto al puestecillo de limones, ante el cual el osado propietario, con gesto de mano hacia su bolsillo, sibilinamente pretendía que le pagaras por realizar la misma.

13 de abril de 2007, 21:33  

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